¿A quién no le gustaría salir de su casa a una banqueta de este tamaño, con un par de árboles frente a su puerta y una gran jardinera con macetas en la esquina?
Y si no lo quisieramos, tal vez deberíamos... quererlas y exigirlas, porque estamos muy mal acostumbrados a banquetas deprimentes.
No hay comentarios:
Publicar un comentario